CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO

FRONT LINE DEFENDERS 2025


4 de junio de 2025

Comunicado - Panamá: Preocupación por la violenta represión contra las comunidades indígenas Ngäbe-Buglé en medio de las protestas sociales

 

Front Line Defenders expresa su profunda preocupación por el uso excesivo de la fuerza y la creciente represión contra las comunidades indígenas de Panamá, en particular en la comarca Ngäbe-Buglé y la provincia de Darién. La violencia y la represión se produjeron en el contexto de las protestas contra la Ley 462, la posible reapertura de la mina Cobre Panamá y el memorando de entendimiento entre Panamá y Estados Unidos. Se han documentado allanamientos violentos, disparos con perdigones, detenciones arbitrarias y actos de criminalización contra defensores de derechos humanos indígenas, así como defensores de la tierra y el medio ambiente.

En mayo de 2025, las comunidades indígenas Ngäbe-Buglé de Ojo de Agua, El Piro Trinidad, Viguí, Tolé, El Prado, San Félix y Horconcito fueron sometidas a operativos represivos. El 14 de mayo, se reportaron incursiones del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) en zonas residenciales, incluyendo el uso de gases lacrimógenos en viviendas, escuelas e iglesias, golpizas a familiares y persecuciones casa por casa. Los días siguientes se caracterizaron por cortes de energía deliberados, vigilancia con drones y helicópteros de reuniones comunitarias, disparos de perdigones, uso de armas de fuego y una presencia militar sin precedentes que, según denuncian defensores locales, no se había visto ni siquiera durante la dictadura militar.

En las últimas semanas, las protestas abarcaron diversos sectores sociales, como estudiantes, sindicatos, pescadores y campesinos. Sin embargo, la violencia contra las comunidades indígenas es especialmente alarmante. La situación en el territorio indígena Ngäbe-Buglé es particularmente compleja, ya que la falta de consulta previa y el desprecio por los derechos indígenas han dado lugar a políticas que violan derechos fundamentales y criminalizan a quienes se oponen a la reapertura de la mina Cobre Panamá
El 15 de mayo, Caleb Bejarano resultó gravemente herido por un disparo en el abdomen durante una protesta pacífica. Es un estudiante indígena Ngäbe de la Universidad de Panamá y familiar de 
Mary Acosta Pinilla , defensora de derechos humanos indígena y miembro de Mujeres Indígenas sobre la Biodiversidad Lac. El disparo, presuntamente efectuado por la Policía Nacional, causó lesiones graves que requirieron tres cirugías de emergencia y cuidados intensivos. El 5 de mayo, el defensor de derechos humanos y poeta Esteban Binns Carpintero fue detenido arbitrariamente por Senafront mientras documentaba una protesta pacífica en Tolé. Aunque fue liberado, este incidente marcó el inicio de una tendencia creciente de criminalización de quienes ejercen el derecho a defender los derechos humanos.

El 27 de mayo de 2025, el gobierno panameño declaró el estado de emergencia en la provincia de Bocas del Toro, intensificando la militarización en las provincias limítrofes de Chiriquí y Veraguas, así como en la Comarca Ngäbe-Buglé. Esto condujo a un mayor despliegue de agentes del Senafront, la Policía Nacional y unidades aeronavales, junto con el uso constante de helicópteros de vigilancia y vuelos con drones. Las fuerzas de seguridad han obstruido reuniones comunitarias e intimidado a la población rural mediante redadas, detenciones arbitrarias y uso desproporcionado de la fuerza.

Simultáneamente, el Ministerio Público emitió órdenes de captura contra autoridades indígenas, entre ellas Elivardo Membache, Jefe General de Tierras Colectivas de Darién, y la jefa sustituta Lucrecia Caisamo, quienes se entregaron voluntariamente. Organizaciones indígenas han denunciado estas acciones como intentos de criminalizar la protesta social y desmantelar las legítimas demandas comunitarias. Front Line Defenders continúa recibiendo denuncias de nuevas detenciones arbitrarias y abusos físicos contra personas de las comunidades.

El detonante de las movilizaciones nacionales fue la aprobación de la Ley 462, que reforma el sistema de seguridad social sin consulta previa, así como los esfuerzos del Poder Ejecutivo panameño por reactivar el proyecto minero Cobre Panamá, declarado inconstitucional por la Corte Suprema en 2023 y ampliamente rechazado durante las protestas nacionales de ese mismo año. También ha suscitado preocupación el memorando de entendimiento firmado entre Panamá y Estados Unidos en abril de 2025, que permitiría una mayor presencia militar estadounidense en Panamá.

A pesar de la falta de reconocimiento oficial de estos abusos, la Defensoría del Pueblo, como institución pública autónoma, informó que seis investigaciones nacionales sobre posibles violaciones de derechos humanos siguen abiertas. Estas investigaciones se encuentran en proceso de recopilación de pruebas y forman parte de un informe preliminar con recomendaciones basadas en el seguimiento realizado hasta la fecha.

Front Line Defenders subraya que el derecho a la protesta pacífica, la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos están protegidos por los tratados internacionales ratificados por Panamá. El uso excesivo de la fuerza y la violencia institucional por parte del Estado, en particular contra los pueblos indígenas que lideran la defensa de los derechos indígenas, territoriales y ambientales, es una estrategia deliberada para inhibir la defensa de los derechos humanos y constituye una grave violación de estos derechos por parte del Estado panameño.

Front Line Defenders llama a las autoridades panameñas a garantizar el ejercicio de la defensa de los derechos humanos y cesar de inmediato toda forma de represión contra las comunidades indígenas y quienes defienden el medio ambiente y el territorio, y a adoptar medidas efectivas de protección y diálogo.